número 6
El Movimiento Negro de Liberacion y la Liberacion de Toda la Gente por Kikanza Ramsey
Si hubiera un momento histórico que clamara por una reunión de los "Negros Radicales " en un mismo cuarto durante tres días para hablar sobre qué se debe
hacer, este es el momento. Si hubiera un momento histórico que necesitara lidiar directamente con la fragmentación y la escasez del liderazgo de la Izquierda en la
comunidad negra, en la teoría y en la práctica, este es el momento. En junio de 1998, el recién fundado Congreso Radical Negro (Black Radical
Congress, BRC por sus siglas en inglés) se reunió en Chicago. La invitación a la reunión fue bien simple: la comunidad negra está mal. En la mayoría de los
indicadores claves de la calidad de vida--nivel de ingresos y tasa de desempleo, acceso y calidad de educación, tasas de encarcelamiento y ejecuciones llevadas a
cabo por el estado, crisis de salud pública desde HIV/AIDS (VIH/SIDA) a asma y cáncer de pecho--los negros consistente-mente son los peores. El Reverendo
James Lawson de la Iglesia Metodista Holeman de Los Angeles, con cuarenta años de activismo en los derechos civiles, me ha dicho que los negros se encuentran
peor ahora que desde que el sistema de Jim Crow destruyó el pro-greso de la Reconstrucción posterior a la Guerra Civil. Como preparación para la reunión, organicé unos diálogos informales en el Centro
de Estrategia Laboral/Comunitario (Labor/Community Strategy Center) con activistas negros de Los Angeles que reflejaban una variedad de historiales políticos
y visiones del mundo. Para muchos de nosotros, era la primera vez que estábamos en la misma salon, y cada uno de nosotros--John Jackson de ACORN, Pete White
de la Coalition to End Hunger and Homelessness ( una coalición para terminar el hambre y el desamparo), Michael Zinzun de la Coalition Against Police Abuse (
una coalición en contra del abuso policial, Bilal Ali de la Coalition in Support of the Gang Truce (una coalición en apoyo de la tregua de las pandillas, Norma Henry y
Woodrow Coleman del Bus Riders Union/Sindicato de Pasajeros de Autobús, Patrick Ramsey y Danny Widener del Centro de Estrategia--tenía una serie de
expec-tativas propias del evento del Congreso Radical Negro. Yo tenía dos objetivos principales: primero, representar los últimos siete años de trabajo con el
Centro de Estrategia Laboral/Comunitario y el Sindicato de Pasajeros de Autobús como una contribución a la liberación de los negros, y, segundo, aprender lo que
más pudiera sobre diferentes teorías acerca del tema Nacional Negro y ejemplos de otros trabajos actuales. En 1991, a los 22 años de edad y recién graduada de Middlebury College, no fue
una manera clara de pensar en lo ideológico, analítico, y estratégico, sino que un instinto básico que me llevó a unirme a la Izquierda. Lo que sí tenía claro era mi
rechazo de la política que señala que "pensamos igual porque somos negros, todos queremos un empleo corporativo," lo que después llamaría "nacionalismo burgués";
me alejó del liderazgo de mi universidad por parte del Sindicato de Estudiantes Negros/Alianza Afroamericana. Tenía claro que para mantener mi salud mental
necesitaba formar parte de algo que utilizara mi indignación hacia la opresión de mi gente, para lograr un avance importante hacia la justicia. La política explícitamente
anticapitalista, antiracista, multiracial, proinmigrante, y feminista del Centro de Estrategia Laboral/Comunitario de Los Angeles me atrajo como una forma de
"regresar a mi comunidad." El Centro de Estrategia ofreció un plan para ayudar a los negros a probar teorías de organización que desafían la hegemonía de la cultura
dominante, y proponer modelos que puedan cambiar toda la sociedad. Durante los últimos siete años en el Centro de Estrategia, mi trabajo se ha centrado
en probar cuatro proyectos políticos que creo son centrales para el Movimiento de Liberación Negro y la liberación de todos los oprimidos: (1) promover la
importancia estratégica de la organización multiracial; (2) crear unidad al trabajar con las contradic-ciones entre los afroamericanos y los inmigrantes, y en mi trabajo,
especialmente los latinos; (3) aumentar la lucha de clases dentro de la comunidad negra, lo que beneficiaría a los negros de la clase obrera y a los negros pobres; y
(4) establecer una independencia del partido Demócrata. LA LIBERACIÓN NEGRA EN EL FRENTE DE LA ORGANIZACIÓN MULTIRACIAL Si la Izquierda puede descubrir cómo las razas pueden trabajar juntas para vencer
el racismo, la Derecha presentará opciones multiraciales para mantenerlo. El Centro de Estrategia, influenciado por la política socialista que ha estado
debatiendo por 150 años estrategias que unan a la clase obrera internacional en contra del capitalismo, está tratando de construir estructuras democráticas que
desafíen el racismo institucional en su base, a medida que impacta a todas las comunidades de color. Pero ese trabajo está enraizado en trabajar con las
particularidades de las diferentes formas de racismo vividas por varias nacionalidades, formas de racis-mo que nos mantienen divididos, desorganizados, e
inefectivos para llegar a cambiar las políticas que afectan a las comunidades de color. En 1992, una rebelión urbana explotó en Los Angeles como respuesta al veredicto
injusto de la golpiza de Rodney King. La golpiza, filmada con una cámara de vídeo, era un acto común de tortura política que ocurre históricamente en contra de la
comunidad negra y en contra de los hombres negros en particular. Mientras que South Central (Centro Sur) es ahora en gran parte latino, la ira de los jóvenes
negros que se manifestó en la esquina de Florence y Normandie y estableció el tono para varios días de quemar y saquear por parte de todas las razas, reflejó que
los negros decían que ya no aguantaban más a los cerdos (policías) racistas blancos y a los sistemas judiciales y jurados que apoyaron su brutalidad. Los jóvenes
negros en South Central, que sufren de un 50% de desempleo, estaban diciendo que estaban cansados de ser tirados a la vera del camino por parte del capital y dejados atrás por el gobierno.
En un momento cuando la polarización racial de Los Angeles se encontraba en su punto más alto, y la golpiza de Rodney King y la rebelión urbana eran consideradas
"un asunto negro", nuestro trabajo se centró en intentar unificar las razas para luchar la opresión específica de los negros, pero también el racismo perpetrado en contra
de otras razas y nacionalidades. Organizadores del Centro de Estrategia participaron en muchas reuniones y eventualmente organizamos una coalición alrededor de dos propuestas de izquierda: el rechazo de Weed and Seed
(Desmalezar y Sembrar) y Reconstructing L.A. for the Bottom Up(Reconstruir Los Angeles para la Clase Obrera). Organizamos una alternativa a REBUILD
LA (RECONSTRUIR LA), la treta en bancarrota diseñada por Peter Uberroth y Tom Bradley con el fin de que los vecindarios pobres fueran más atractivos a las
inversiones corporativas, a través de una menor reglamentación sobre el medio ambiente, una mayor presencia policial, y salarios más bajos. Y a través de un
complicado proceso para crear una coalición con negros que estaban hirviendo luego de 500 años de ira contenida, latinos que participaron en la rebelión y se
enfrentaban a serios cargos por parte de las autoridades de inmigración (INS), y coreanos, muchos de los cuales en un principio le habían dado la bienvenida a la
respuesta de "orden y ley" de George Bush, fuimos capaces de derrotar la propuesta original de Desmalezar y Sembrar, un plan que requería que las
comunidades de color establecieran un estado policial bajo los auspicios del Departamento de Justicia (con intervenciones como barridas de pandillas,
vigilancia, y una mayor presencia policial) a cambio de dinero para "servicios sociales." En la época de la rebelión, no éramos lo suficientemente fuertes, incluso en
coalición con otras organizaciones, como para forzar una infusión masiva de recursos gubernamentales en el área para crear un número importante de puestos
de trabajo. Pero la teoría de "reconstruir L.A." colocó la lucha por la liberación negra en el primer plano, mientras se construía una fuerza multiracial alrededor de
unas exigencias claramente antiracistas para la redistribución de la riqueza en las comunidades negras y en las comunidades de color en general. Este trabajo teórico
más tarde sería exitosamente usado en la campaña del Centro de Estrategia Laboral/Comunitario en contra del racismo en el transporte, modelado en la lucha
por los derechos civiles de los negros en el campo del transporte. LA UNIDAD ENTRE LOS AFROAMERICANOS Y LOS INMIGRANTES Como una mujer afroamericana que habla correctamente el idioma español, dirijo
gran parte de mi trabajo a trabajar con las tensiones que dividen a los negros y a los inmigrantes, e intento construir estructuras que nos hagan más unidos. En
muchas de las comunidades en donde he organi-zado--Wilmington, Long Beach, South and South Central Los Angeles--los factores demográficos raciales exigen
que los derechos de los inmigrantes, los derechos de idioma, y los derechos civiles sean considerados. En estas áreas, la habilidad de negros y latinos de resolver sus
conflictos de una manera constructiva determinará en gran parte si pueden derrotar los planes neofascistas que el sistema les tiene preparados.
Por lo tanto, en mi organización siempre comienzo con exigencias y estructuras organizacionales que benefician, y le ofrecen liberación a la gente más oprimida en
una situación en particular, pero que también desafían la conciencia de los oprimidos para que sea más universal, más humana, más verdaderamente radical.
En mi trabajo en pro de la unión de negros y latinos, comienzo con los derechos de los inmigrantes y los derechos de idioma. Nuestro sistema político canaliza la ira
que muchos negros sienten hacia el sistema en contra de los inmigrantes latinos y asiáticos, por lo que es históricamente crucial organizar la comunidad negra para
defender los derechos de los inmigrantes y los derechos de idioma en su totalidad, incluyendo el derecho a permanecer en Estados Unidos, ganar un salario que
permita vivir, tener acceso a servicios públicos completos y beneficios de asistencia pública, y tener el financiamiento completo de programas de educación bilingüe que celebran su idioma y enseñan inglés.
Nuestra historia de opresión como negros no nos hace inmunes a la tendencia norteamericana a unirnos al nacionalismo "patriótico" que privilegia al nacido en
EE.UU. De hecho, debido a que el gobierno de EE.UU. nos debe tanto, es fácil convencernos que los inmigrantes son una competencia desleal. Durante muchos
años fui organizadora en Wilmington, la comunidad porteña de Los Angeles que es aproximadamente 60% latina, 20% blanca, 10% negra, y 10% asiática, en donde
enfocamos el proyecto WATCHDOG del Centro de Estrategia en contra de Texaco y la industria petroquímica. Pese a todo, por más que traté, nunca pude
lograr que los negros se unieran, ya que consideraban que era una organización latina (porque organizamos en dos idiomas y exigimos traducciones al español de
las industrias y del Distrito Administrativo de la Calidad del Aire (AQMD)). Y pese a que los dos organizadores principales--Chris Mathis y yo--éramos
afroameri-canos, no pudimos superar el silencio de la mayoría de los negros de Wilmington cuando el racismo ambiental se llevaba a cabo en su comunidad, y
muchos se unieron con mayor facilidad a asociaciones de propietarios blancos racistas que al WATCHDOG. He obtenido grandes éxitos en mi trabajo en la búsqueda de la unidad con el
Sindicato de Pasajeros, el sindicato organizado por el Centro de Estrategia, que ha obtenido el interés de la prensa internacional, y que continúa logrando victorias
tanto para los negros como para los inmigrantes. Cuando comencé a organizar sobre los autobuses que no pasan a la hora, que se averían constantemente, y que
nos empacan como sardinas, no me sorprendió escuchar a los negros decir que su queja principal era que hay demasiados de "ellos," "que se apiñan con sus hijos y
no hablan inglés." Es frecuente que los latinos que sólo hablan español y que usan los autobuses me digan que lo peor del sistema de autobuses "son los choferes
morenos, quienes nos maltratan como si nuestras fichas no valieran lo mismo, y no tuviéramos derecho a usar el servicio del bus." Los éxitos del Sindicato de Pasajeros se deben a nuestra habilidad de reclutar
afroamericanos que tengan una clara política a favor de los inmigrantes y a la creación de una estructura organizacional con derechos de idioma y para los
inmigrantes como el centro de nuestra plataforma no negociable. Un cambio importante ocurrió cuando Pat Elmore, una mujer negra de 65 años de edad de
Inglewood, propuso incluir los derechos de los inmigrantes en los estatutos del Sindicato de Pasajeros y tener traducción obligatoria en las reuniones de
membresia: en su famoso discurso, ella le dijo a los miembros que ella estaba "en contra del bilingüismo porque en Los Angeles necesitamos ser multilingües." Al
poco tiempo después del discurso de Pat, decidimos circular panfletos en coreano y traducir todos las reuniones de los miembros al español; y votamos para movilizar
a nuestros miembros agresivamente en contra de las propuestas estatales antiinmigrantes 187 y 227. Desde ese momento, el Sindicato de Pasajeros organizó educación política regular
alrededor de la correlación entre los derechos de los inmigrantes en Los Angeles (en donde el 47% de los pasajeros de autobús son latinos) y la política del
imperialismo de EE.UU. en el Tercer Mundo. Los miembros afro-americanos como Norma Henry, Barbara Lott-Holland, Sheppard Petit, y Sam Martin ahora
regularmente represent-an al Sindicato de Pasajeros en las manifestaciones en favor del EZLN vistiendo camisetas que dicen, "Soy Zapatista". Mi experiencia me ha
enseñado que cuando empieza crecer la conciencia tiene potential continuar, y los miembros de la comunidad negra, cuando son empujados, pueden y escogerán el lado Izquierdo de la lucha.
Por lo que me dio mucha felicidad escuchar a las hermanas y hermanos caribeños, africanos, y afrolatinos promover la lucha en favor de los derechos de los
inmigrantes y en contra del imperialismo en el Congreso Radical Negro, lo que reflejó la comprensión de que los negros de Estados Unidos vienen de diferentes
naciones. En una época cuando la población inmigrante del Tercer Mundo crece exponencialmente en todo EE.UU., y los gobiernos federal, estatal, y local están
agresivamente aprobando legislación antiinmigrante mientras el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial le hacen la vida más difícil a América Latina,
Asia, y Sudáfrica, necesitamos extender nuestro pensamiento más allá del eje formativo blanco-negro. Por supuesto, hay asuntos que se mantiene sin completar
entre las sociedades blanca y negra, y siempre tendremos demandas específicas que provienen de nuestra historia en este país. Pero, mi punto es que los
afroamericanos tienen una oportunidad política única de dirigir la Izquierda en contra de la cultura dominante de racismo blanco y de xenofobia u odio a los
extranjeros, al ser fuertes aliados y defensores de los derechos de los inmigrantes y de la soberanía de los países del Tercer Mundo. UNIDAD Y CONTRADICCIONES EN EL FRENTE UNIDO NEGRO
En la Escuela Nacional para Organiza-ción Estratégica del Centro de Estrategia en donde fui inicialmente entrenada, analizamos y realizamos una estrategia del frente
unido negro de clases múltiples como parte del asunto nacional afroamericano. Aplicamos las teorías presentadas en los textos históricos de Mao Tse Tung, con su Análisis de Clases en la Sociedad China y las
Resoluciones de 1928 y 1930 del Comintern, en el Asunto Nacional afroamericano a todo nuestro trabajo en las comunidades de color. Estamos tratando de descubrir cómo se comportan las
varias clases, cómo podemos organizarlas, y cómo podemos "unir a todos los que pueden ser unidos" en contra del racismo, la opresión nacional, y el capitalismo
corporativo transnacional. Es muy difícil llevar esta teoría a la práctica. Generalmente estoy en la vanguardia de este tipo de trabajo, y estoy comprometida
a llevar adelante la lucha de la clase obrera negra y los pobres urbanos, con la clase corporativa negra, gran parte de la clase media negra, y los representantes negros
del partido Demócrata. Creo que este trabajo ha sido nuestra principal contribución a la comunidad negra. En este contexto, estamos trabajando para construir un frente unido en contra del
racismo en el sistema de transporte de Los Angeles, lo que llamamos "racismo en tránsito." En este frente unido, los pasajeros de autobús son nuestra "fuerza
principal." Cuando estamos organizando el grupo multi-racial de pasajeros de autobús de bajos ingresos que constituyen la fuerza popular del Sindicato de
Pasajeros, comenzamos con los intereses de los más oprimidos y explotados, los pobres urbanos de color. Estos pasajeros de autobús incluyen a trabajadores de
bajos ingresos, muchas mujeres en AFDC y Ayuda General, estudiantes urbanos pobres de enseñanza secundaria, estudiantes de universidades comunitarias, todos
aquellos que no pueden costearse ni el automóvil más maltratado, o sea, "el que depende del transporte público." Vemos a los conductores de autobús y a los intelectuales y activistas negros
progresistas como a nuestros aliados principales. Afortunadamente, hemos atraído a importantes intelectuales y activistas negros progresistas, pero en este momento
son la excepción entre los intelectuales de Los Angeles. Hemos trabajado durante cinco años para organizar a los conductores, muchos de los cuales son negros y un
gran número que son mujeres negras. Este trabajo ha sido muy difícil. Los conductores son relativamente privilegiados y apolíticos tanto en su sindicato como
en la sociedad, y algunos se ven a sí mismos en guerra con los pasajeros que generalmente son de bajos ingresos e inmigrantes. Recientemente, a través de
nuestra campaña "No Seat No Fare," "No Asiento No Pago"--una huelga de pasaje de acción directa en julio y agosto de 1998 que atrajo la participación de
más de 40,000 pasajeros de autobús bajo el lema, "No pagues por el racismo"-- organizamos a los pasajeros para que se negaran a pagar su pasaje si no obtenían
un asiento en el autobús. Al comienzo, temimos que los conductores negros y latinos fueran hostiles, viendo esto como una amenaza a su control del autobús,
pero nos dio mucho gusto que la mayoría de los conductores se portaran como campeones; muchos activamente alentaban a los pasajeros a no pagar, y logramos
un acuerdo con el sindicato para que los conductores fueran apoyados cuando no cobraban el pasaje. Les aseguramos, como lo hemos hecho por muchos años, que
somos un grupo a favor del sindicato y de los conductores, y que los vemos como aliados en nuestra lucha contra la MTA. Hay otros estratos en comunidades de color de Los Angeles que viven los efectos
del racismo y dicen que están luchando en su contra, y buscamos su apoyo. Pero, estamos organizando en una época cuando los líderes de un estrecho nacionalismo
corporativo le están dando la espalda a la lucha en contra del racismo que impacta a la clase obrera. Estos "líderes" son la élite corporativa de color, representantes
políticos negros electos del partido Demócrata, fuerzas "que apoyan el desarrollo económico comunitario" dentro de la comunidad negra, y la mayoría de las fuerzas
más importantes en la iglesia negra. Ellos tratan de esconder la estructura de clase evolucionante de la comunidad negra, especialmente sus posiciones en la misma.
Durante el año pasado, sin embargo, nuestro creciente poder ha mostrado el papel que juegan la lucha y el cambio en estas relaciones. En 1994, el Sindicato de Pasajeros de Autobús, una organización multiracial,
predominantemente "de color", de gente pobre trabajadora, demandó judicialmente a la MTA de Los Angeles por violar los derechos civiles de medio millón diario de
pasajeros de autobús al depredar los fondos públicos del sistema de autobuses para construir un sistema de ferrocarril separado y desigual en violación al Título VI
de la Ley de 1964. Uno de los principales acusados fue el miembro racista de la junta de la MTA, el Alcalde Richard Riordan, pero algunos de los peores
ofensores eran otros miembros de la junta que eran de color. Después que logramos un Decreto por Consentimiento favorable, estos poderosos políticos
negros y latinos de la máquina del partido Demócrata-- Yvonne Braithwaite Burke, Gloria Molina, y Richard Alatorre--se negaron a implementar las provisiones que
remediaban el racismo en tránsito. Hemos tratado, pero continuamente fallado, de obtener el apoyo de los funcionarios públicos negros electos, como la congresista
Maxine Waters y el congresista Julian Dixon. He tenido docenas de reuniones con los supuestamente progresistas pastores negros, pero siempre rehúsan enfrentarse a
los políticos negros; casi todos están en la "cosa del desarrollo económico." Parece haber una creciente clase de color que vende a sus hermanos y que activamente
guía, defiende, y participa en el pillaje capitalista de las comunidades de color pobres, porque es dueña de acciones de, y se beneficia de, los despojos.
Esta ha sido una dolorosa y colorida parte de mi desarrollo político; de todos los políticos electos que están en el poder, no veo a ninguno desafiar la agenda
corporativa o el abandono de los negros pobres y de clase obrera por parte de los negros de clase media. Me da esperanza, sin embargo, que la clase obrera de
bajos recursos de negros y latinos, ahora no se deja engañar por estos políticos como en el pasado. Nuestros miembros del Sindicato de Pasajeros de Autobús no
temen hacerles exigencias políticas a estos políticos, mediante manifestaciones en sus oficinas, folletos en sus distritos, y en debates públicos con ellos. De hecho,
debemos trabajar para convencer a nuestros miembros que necesitan una estrategia a largo plazo para ejercer presión sobre estos vendedores de sus hermanos a
través de una lucha agresiva, en vez de sólo dejarlos de lado y denunciarlos; muchos de ellos estarán en el poder por décadas, por lo que debemos enfrentarlos.
Aún así, el papel de la lucha dentro del trabajo del frente unido es crítico. En nuestra reciente campaña para detener la reciente acción racista en el transporte--la
separación de la Autoridad de Poderes Conjuntos de Pasadena de la MTA regional al tomar fondos elegibles de autobús--el senador estatal negro Kevin
Murray, después de reunirnos durante años con él, trabajó con nosotros para llevar a cabo audiencias en la MTA, en las cuales él apoyó nuestro desafío a la
transferencia de dichos fondos. Similarmente, Antonio Villaraigosa, el Presidente de la Asamblea que solía ser un fuerte aliado nuestro, pero que recientemente ha
apoyado a los cabilderos del ferrocarril, debido a la presión popular se ha comenzado a acercar, lenta y tentativamente, a ayudar nuestro movimiento. Estoy
aprendiendo que estas relaciones son fluidas, complicadas, y prueban mi paciencia cuando me enfado tanto con los que se venden y engañan.
Sin embargo, la clave a este trabajo del frente unido, y del frente unido negro en particular, son las firmes raíces que yo y nuestra organización tenemos con los
hombres y mujeres más pobres y oprimidos de la clase obrera de bajos recursos, empleados y desempleados, en nuestra comunidad. Es esta base, desafortunadamente una cada vez mayor parte de nuestra comunidad, pero
afortunadamente, también un componente estratégico más fuerte del frente unido, que nos da un creciente poder y me da una mayor esperanza. INDEPENDENCIA DE Y CRITICA DELPARTIDO DEMÓCRATA
Me dio alegría ver que el Congreso Radical Negro estaba dispuesto a poner en la mesa el papel del partido Demócrata en la liberación negra, al declarar que "el
partido Demócrata no nos salvará." Yo iría más lejos. Nuestra habilidad de proporcionar liderazgo en la reconstrucción de una conciencia de masas de
Izquierda en la comunidad negra depende de nuestra indepen-dencia de, y del deseo de luchar con e incluso abandonar, el partido Demó-crata; debemos hacer
viable esta independencia, para crear espacio para la liberación negra. Desde el comienzo de su administración hace seis años, Clinton se ha movido hacia la
derecha, y los políticos de color electos del partido Demócrata se han escondido en cada asunto que es crucial para la sobre-vivencia de la comunidad negra o que
crea espacio para una reforma progresista. La atención de la salud universal, la reforma del bienestar social, el salario mínimo, la acción afirmativa, la ley de "tres
strikes," la ley del crimen, Cuba y la caza de Assata Shakur: Alrededor de todos estos asuntos se debiera haber trazado una línea en la arena, y los políticos de color
electos del partido Demócrata a todo nivel debieran de haber dirigido acciones masivas de desobediencia civil y desacuerdo político. En cambio, tenemos un
Comité Político Negro del Congreso que no desea desafiar a Clinton en nada, pero que lo defiende con pasión, llamándolo "nuestro presidente" en el ridículo escándalo
Lewinsky, mientras a los negros más pobres no les interesa votar. Debemos sufrir a causa de una clase media negra y de una clase obrera estable que consistentemente
apoya al partido Demócrata, sin importar lo que haga o no haga. Cualquier estrategia para crear un poder para los negros de la clase obrera y para los negros
pobres debe comenzar con una política inde-pendiente de, y confrontacional con, el partido Demócrata: ¡Eso no me parece muy radical! En Conclusión
Me impresionó la gran cantidad de gente que asistió al Congreso Radical Negro. En Los Angeles, en muchas reuniones nacionales de organizadores de la clase
obrera, y dentro del movimiento "progresista" definido con amplitud, yo soy, al igual que el Centro de Estrategia, generalmente la persona más contro-vertida y de
Izquierda en la sala. Fue alentador e inspirador estar en un lugar lleno con 2,000 negros "radicales," en donde el denominador común refle-jado en los Principios de
Unidad incluyó diálogos sobre anticapitalismo, femin-ismo, socialismo, derechos de los inmigrantes, y nacionalismo negro revolucionario. Pero, hay muchos niveles de
diferencia y desacuerdo político dentro del Congreso Radical Negro que creo deben ser explicados y debatidos en profundidad. Cuando estas diferencias no son
explícitas, es muy difícil entender los debates. Si los intercambios se mantienen a un nivel demasiado bajo, aquellos que no están involucrados van a terminar yéndose.
La comprensión de las diferencias no necesita debilitar la unidad. No creo que la unidad de la primera reunión pueda ser mantenida si no hay una lucha directa y con
principios, para así lograr niveles más altos de unidad en la estrategia; necesitamos estar unidos en los objetivos comunes, y ojalá, en campañas nacionales específicas
basadas en una política común amplia y una acción colectiva real. Mientras tanto, regreso a las líneas del frente a llevar a cabo mi propia política de
radicalismo negro, sintiéndome fortalecida por la experiencia y comprendiendo algo que me es difícil pensar y decir, al ser una mujer negra joven, y es que mientras
tengo mucho que aprender, también tengo algo que enseñar. KIKANZA RAMSEY is a strategy center organizer and bus riders union representative to the joint
working group with the los angeles mta. habla y escrita en español para el sindicato de pasajeros. |