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número 1

Una Viaje de 30 Años: Sigo Hacia la Promesa
Por Della Bonner

Yo vine a Los Angeles en 1955. Me paseaba por la Vermont en el autobus de la Ruta 204, y sólo veía que los choferes de camiones eran hombres blancos. Los disturbios civiles del '65 lo puso al descubierto. Como resultado de la rebelión y los asuntos sociales que se plantearon, empezamos a ver una apertura para los hombres negros.

Luego las mujeres blancas empezaron a manejar los autobuses. Luego las mujeres negras dijeron: "No quiero ir a limpiar casas en el Valle o trabajar a destajo en la costuera. Puedo manejar autobuses también." Ahora se ven que personas de otras razas, de ambos sexos, tienen oportunidades.

¿Quién entonces se ha beneficiado más de la rebelión social de mediados de los '60? ¡Las mujeres blancas! Los disturbios civiles por los negros dieron a luz el movimiento femenil, y de allí el movimiento por los derechos de los gays y lesbianas. Ahora el hombre blanco dice: "Oyeme, compartí demasiado poder, he perdido el control, voy a tener que competir con el resto de esta gente al por igual…eso no puede ser, tenemos que eliminar la acción afirmativa." Eso es, a fin de cuentas. El hombre blanco quiere recuperar el poder que se vió forzado a compartir.

Pero una vez que el caballo se escapa del establo y ha conocido la libertad, y sabe lo que puede hacer-que lo tenían convencido que no lo podía hacer-ya no van a poder devolverlo al establo. Y si lo logran, no va a volver voluntariamente, sino que va patear y mordisquiar hasta que tumbe la puerta otra vez.

Ahora es el momento de hacer cambios para los pasajeros de autobuses. Para llegar a donde yo quería llegar hoy, tuve que transferirme a la línea de autobuses de la ciudad de Santa Monica. El chofer se portó amable, había asientos disponibles, los otros usuarios se mostraron cordiales, no había cucarachas, sin grafitos. Yo anduve en ese autobus por 35 minutos disfrutables.

Me bajé para transferirme al autobus número 4 de la MTA. El primer autobus no paró, el segundo tuve que golpear la puerta para que me abrieran. El chofer tenía una actitud negativa. El autobus iba atestado, todos iban parados y nadie se preocupaba por nadie más. Habían cucarachas y grafitos. Estaba sucio. Fue un viaje desagradable.

Como miembro del comité de planificación del Sindicato de Pasajeros (SDP), yo siempre me pregunto: Cuando viajo en los autobuses de los alredores, ¿por qué los choferes tienen una actitud completamente diferente? Los autobuses nunca van llenos ni va apiñada la gente, ¿por qué? ¿Por qué no hay un asiento para cada persona? ¿Por qué tenemos que pagar tanto por el transporte público en la zona metropoli-tana de L.A. y recibir tan poco a cambio del pasaje?

Cuando acusamos a la Junta de la MTA de violar el Título VI de la Ley de Derechos Civiles, cualquiera podría haber asumido que la Junta MTA estaba compuesta totalmente de blancos. Trágicamente cinco de los trece miembros de la Junta en el momento que entablamos el juicio eran personas multiétnicas: Richard Alatorre, Gloria Molina, Yvonne Brathwaite-Burke, Mel Wilson y Stan Sanders, al igual que el Director Franklin White quien es afroamericano.

Es una situación patética. Dentro de nuestra misma raza negra, hemos perdido la mentalidad en nuestra comunidad que teníamos antes de ser esclavos y se nos ha inculcado la idea de "cada quién que se rasque con sus uñas." Eso es lo que yo llamo la mentalidad del cangrejo. Esa mentalidad se nos ha inculcado a lo largo de muchos años y habrá que volver a educarnos concientemente. Eso es un aspecto del trabajo del Sindicato de Pasajeros.

La lucha de hoy es una lucha económica. La política económica sirve actualmente para crear una esclavitud económica permanente para la gente multiétnica. La mentalidad del cangrejo encaja muy bien en esto. Viéndolo bien, de no haber sido por las protestas de los '60, Burke, Molina, y Alatorre nunca hubieran sido elejida a un puesto público. Ahora ocupan esos puestos, pero están poniéndose de lado del poder establecido, por su egoísmo o gratificación económica a costa de la gente. Hace treinta años me transportaba por autobus. En esos mismos autobuses ando hoy. Yvonne y Richard tampoco no están mejorando el transporte por autobus para mi. Tenemos recordarles, "las políticas que ustedes están creando e implementando no satisfacen las necesidades de la gente que anduvo protestando. Todavía están aquí y siguen teniendo las mismas necesidades. Ustedes se han vendido los interéses del pueblo trabajador."

DELLA BONNER
is a member of the Bus Riders Union Planning Committee and the negotiating committee for the civil rights lawsuit. Ella luchó por los derechos de las personas que recibían asistencia pública en los 1960 hasta los 1980.