número 4
Los Trabajadores Coreanos Se Organizan en Los Angeles
por Danny Park y K.S. Park - Korean Immigrant Workers Advocate KIWA, la organización de Defensores de Trabajadores Inmigrantes Coreanos
(Korean Immigrant Workers Advocates) se estableció hace unos cinco años con el propósito de proteger y promover los derechos de inmigrantes coreanos como
parte de una estrategia para construir un movimiento progresista más amplio en la comunidad coreana y la ciudad de Los Angeles. Desde entonces, hemos tratado
con los diversos problemas que existen en diversas industrias, y hemos llegado a la conclusión de que son los trabajadores de restaurantes quienes trabajan bajo las
condiciones de trabajo más escandalosas. Casi el 50 por ciento de los 900 y pico de casos que KIWA a tratado desde su nacimiento pertenece a los problemas que existen en la industria de restaurantes.
Actualmente, existen aproximadamente 300 restaurantes con dueños coreanos en Koreatown y casi 2,000 trabajadores, quienes son en su mayoría coreanos y
latinos. Desafortunadamente, es norma aceptada que estos trabajadores desempeñen jornadas de trabajo de 12 a 14 horas diarias, de 6 a 7 días por
semana, por un pago por hora que ni siquiera cumple con el salario mínimo que exige el gobierno federal. Por trabajar de 13 a 14 horas diarias en el infierno
verdadero creado por su constante proximidad al fuego y el olor a calor maloliente a sudor atrapado en la cocina sin ventilación, un cocinero o ayudante de cocinero
podría recibir de $50 a $60. Los meseros y las meseras en un restaurante coreano normalmente no portan un plato o dos hábilmente balanceado en las manos y las
muñecas; cargan una bandeja grande hasta con diez platos hondos y platitos que contienen los varios condimentos que acompañan a los platillos que se sirven en
cada comida. Todo es gratuito. Los patrones creen que les va bien. Los meseros no se pueden sentar para nada ni comer durante las horas de las comidas. Con
frecuencia, arrastran sus cuerpos a sus casas. A fin de mes les pagan $600, o máximo $700. Los empleadores se lo explican diciendo que este salario
sub-mínimo es aceptable porque los meseras y las meseras ganan propinas. Sin embargo, las propinas quizás nunca sean suficientes para alzar las ganancias totales
a nivel de salario mínimo. "Yo no puedo dormir sin tomar pastillas para el dolor por el dolor severo que siento en las piernas," le dijo a KIWA una mesera de
Koreatown. "En mi día de descanso ocasional, lavo ropa y duermo todo el día." Además de pago inadecuado, los trabajadores de restaurante aguantan
tratamientos inhumanos de parte de los empleadores. No importa la edad del trabajador, los empleadores usan un idioma no-honorífico al comunicarse con sus
empleados. Los empleadores con frecuencia se complacen con actitud autoritaria basado en la estratificación tan profundamente enraizada en su mentalidad. En
algunos casos, los empleadores maldicen a sus meseras, diciéndoles "bitch" (cabrona) y hasta con cachetadas cuando un trabajador se opone a ellos. Hay
otros casos que claramente demuestran la falta de los empleadores de reconocer a sus trabajadores como seres humanos. Según Danny Park, un administrador de
casos en KIWA, la razón principal por la cual se unen los trabajadores a KIWA es por el tratamiento inhumano que han recibido de sus empleadores, más aun que por
sus salarios bajos. "Además de tratar casos que indudablemente constituyen una violación de la ley tal como por falta de pago , yo recibo muchas llamadas
telefónicas de trabajadores quienes recuentan los tratamientos insultantes que han recibido de los empleadores. Además de lloverles con abusos verbales a los
trabajadores, los empleadores frecuentemente ordenan a los trabajadores a hacer cosas que claramente no están incluidas en la descripción del trabajo de ningún
trabajador de restaurante: ir a comprarle su cajetilla de cigarrillos, cuidar a los niños de los empleadores en sus días de descanso y a veces hasta lavar la ropa sucia del empleador."
Quizás lo que constituye una amenaza aun más seria contra de la subsistencia del trabajador es la inseguridad de los trabajos en toda la industria. En la industria
restaurantera, es común que los empleadores despidan a sus trabajadores sin previo aviso ni explicación razonable. Con frecuencia ellos citan ocurrencias
cuando un trabajador se ausenta del mismo modo, sin darles oportunidad de encontrar a una persona que los reemplace, y así buscan una explicación racional
para justificar la práctica de los despidos abruptos. Un empleador que pierde a un trabajador de repente tan solo siente un inconveniente y la posición se reemplaza
rápidamente de vuelta; sin embargo, si un trabajador pierde su trabajo de repente, entonces inmediatamente su situación es una amenaza a la subsistencia de él/ella y
sus dependientes. La ley norteamericana sobre despidos es lo mismo; a voluntad. Pero se abuso de ello en los lugares de trabajo de inmigrantes.
La respuesta de los empleadores a las lesiones y heridas de sus trabajadores es también problemático. La ley actual declara que es obligatorio que un empleador
con uno o más empleados provea seguro de compensación para trabajadores, y este seguro debe proveer para las cuotas de hospital/doctor al igual que los costos
de recuperación. Considerando el hecho obvio que los trabajadores de obra de mano, cuyo único bien son sus cuerpos, ni siquiera podrán subsistir cuando quedan
lesionados, el seguro de compensación para trabajadores es una necesidad. Sin embargo, un restaurante con tal seguro es difícil de encontrar en Koreatown.
Aunque los restauranteros emplean a los trabajadores con una calurosa invitación a trabajar juntos como familia, la falta de seguro en la mayoría de restaurantes de
Koreatown revela que "trabajar- juntos-como-familia" son solamente un chorro de palabras vacías. En realidad, muchos empleadores se concentran en aumentar sus
ganancias. En un caso extremo, cuando una mujer quien había trabajado largas horas como cocinera por fin cayo de cansada tirada en el suelo de la cocina
inconsciente, su empleador llamó a un taxi y la mandaron a casa. No se le ocurrió al empleador llamar a una ambulancia. A los pocos días la despidieron.
Los dueños de Siyeon Buffet Restaurant, el más grande de Koreatown, prometió condiciones de trabajo justas para sus empleados y firmaron un contrato al efecto,
pero Siyeon ha recurrido a la violencia contra los empleados que exigieron sus derechos y se vengó de ellos despidiéndolos. ¿Porqué será que tantos dueños de restaurante se rehusan a cumplir con las reglas
que tan claramente se han expresado en las leyes laborales? Podemos suponer que, en algunos casos, esta falta ocurre por no conocer las leyes suficientemente. Otra
razón se debe a que el cumplimiento frecuentemente es inefectivo y requiere tiempo y energía. En casos de reclamos de salario atrasados, los trabajadores quizás no
puedan colectar sus reclamos fácilmente. En vista de esto, el único modo efectivo para que los trabajadores luchen por sus derechos es organizándose contra los
empleadores abusivos y actuando colectivamente para mejorar sus condiciones de trabajo, inclusive forzar a los empleadores a pagar salarios atrasados
voluntariamente aun antes de un fallo judicial, o después de él si es necesario. Al tratar con estos temas en la industria de restaurantes y con temas parecidos en
otras industrias, KIWA ha desarrollado un método nuevo que da énfasis a la iniciativa de los trabajadores-El Proyecto de Organización de Trabajadores de
Koreatown (KWOP, siglas en inglés). El método de KWOP se basa en que cada caso individual debe analizarse y explorarse para determinar si tiene el potencial
desarrollarse en una lucha mayor que involucre a más trabajadores y que se enfoque en los cambios de largo plazo en el sitio de trabajo o en toda la industria.
Esta lucha mayor involucra acciones públicas donde se reta a otros restaurantes y al público general para que tomen parte en el proceso y reflejen sobre sus propias prácticas.
El método de KWOP ha tenido muchos éxito con los restaurantes. Las razones son dos: (1) los restaurantes proveen un espacio natural para la acción del público,
y (2) los dueños de restaurante también trabajan al por menor y tienen que ser sensibles a la opinión de los consumidores, quienes son indistinguibles del público
general. (Una orientación estratégica similar nos llevó a lanzar una campaña de responsabilidad para los comerciantes al por menor, donde presionamos a quienes
sean más sensibles a la opinión pública, los comerciantes al por menor.) Algunos clientes quizás no apoyen a los trabajadores al principio porque lo ven como
egoísmo de grupo en lugar de verlo como una demanda de clase. Pero cuando entienden cuan terribles son las condiciones en los restaurantes, muchos clientes sí
apoyan un llamado a la rectitud ética, o sea, el comportamiento apropiado de los empleadores. Para tomar ventaja de esta preocupación pública, el personal de KIWA ha
desarrollado el hábito de llevar un borrador de un boletín noticiero y usándolo para posar la amenaza creíble de una acción pública. Muchos dueños de restaurante a
quienes se les ha confrontado de tal modo han pagado los salarios atrasados a los pocos días. Algunos dueños de restaurante han respondido de modo malvado. Hace poco nos
encontramos con un caso donde un dueño incumplido conspiró con el empleador nuevo del trabajador sin pago para que despidiera al trabajador. Tal acción manda
un mensaje que es fuerte y aterroriza a los trabajadores. Esta lista negra es un delito criminal y provoca daño doble y daño triple cuando se trata de una descripción
falsa. Es más, la Asociación de Dueños de Restaurante Coreanos (KROA, siglas en inglés) jugó un papel como intermediario entre el dueño incumplido y el nuevo
empleador del trabajador que no había recibido su salario. Nosotros entablamos una demanda, hicimos una conferencia de prensa para exponer al público la
práctica de tener "lista negra", y comenzamos a manifestarnos en el restaurante del dueño incumplido. Dentro de un día el dueño pagó el reclamo completo del
trabajador y KROA solicitó una negociación para resolver la demanda. A partir de esa negociación, KIWA logró un contrato que afectó a toda la
industria. El personal de KIWA tuvo una larga discusión respecto a cuáles debían ser las demandas de KROA, enfocándose en el hecho de que el co-conspirador en
esta trama de la lista negra es la asociación, no un solo restaurante. En lugar de buscar un remedio justo para el único trabajador de la lista negra, nosotros
elaboramos demandas que prueban los límites de las capacidades de KROA. Como resultado de la negociación, KROA acordó poner $10,000 para proveer
apoyo financiero para los trabajadores de la lista negra. KROA también acordó reunirse periódicamente para tener discusiones respecto a modos para mejorar las
condiciones de trabajo. Este acuerdo provee una base consistente para hacer que KROA se haga responsable, y esta relación fortalecerá nuestros esfuerzos para organizar en restaurantes individuales.
Aunque nuestro trabajo comienza con trabajadores coreanos, también tiene que ver con la organización de trabajadores latinos. De hecho, los trabajadores de
restaurante son como un 50 por ciento latinos, y muchos de ellos están jugando un papel fundamental como líderes en la organización. Por lo tanto, en la lucha con
KROA, desarrollamos boletines noticieros bilingües en coreano/español para representar a todos los trabajadores. Al fin de todo, los beneficios asegurados por medio de la negociación a nivel de
toda la industria debe tomar forma en términos reales en cada lugar de trabajo. Por ejemplo, los seminarios sobre los derechos de los trabajadores, los cuales serán
oficialmente patrocinados por KROA pero realizados por KIWA, se usarán para educar a los trabajadores pero tal educación debe resultar en cambios reales en los
restaurantes. El acuerdo de KROA nos permite entrar a los restaurantes, pero se necesita una vigilancia continua seria para que este primer paso tenga valor al fin de
cuentas. Lo que se debe hacer a continuación es una pregunta difícil de contestar. Como se dijo antes, nosotros animamos a todas las víctimas de los casos
individuales a traer a otros trabajadores a esto para hacer demandas colectivas que cambien el lugar de trabajo de modo fundamental. Sin embargo, nosotros siempre
tenemos que pensar en lo que significa este cambio fundamental y cuál forma de organización permite que los trabajadores vigilen y sostengan el cambio de modo efectivo. K.S. Park
is staff attorney at Korean Immigrant Workers Advocates (KIWA) in Los Angeles. Danny Park is an organizer at Korean Immigrant Workers Advocates (KIWA). El es director
de Koreatown Restaurant Industry Organizing (KROI). |