número 6
Poniendo lejos los destrales por Bill Fletcher, Jr.
El fin de semana del 19 al 21 de junio de 1998, 2,000 activistas se reunieron en Chicago en la primera conferencia del Congreso Radical Negro.
Esta congregación de individuos, organizaciones y corrientes políticas de toda la gama de la Izquierda negra resultó una sorpresa por el número de participantes
para la mayoría de los observadores y los mismos organizadores. Cuando se convocó la conferencia, sólo se podía estar de pie en el salón y el área de
inscripciones estuvo congestionada con la cantidad de participantes interesados que deseaban entrar. Al término del fin de semana, el radicalismo negro vibraba con la
vida de un nuevo movimiento y sus principios unificadores habían sido afirmados. Esta estimulante reunión el día de Juneteenth (Día de la Emancipación de los
Esclavos) emanó de charlas informales que empezaron en octubre de 1995, en el momento de la Marcha del Millón de Hombres (MMM, por sus siglas en inglés).
Manning Marable, Leith Mullings, Barbara Ransby, Abdul Alkalimat y yo, todos con largas historias en el movimiento afroamericano, participamos en esas
discusiones porque creímos que la MMM representaba la marginalidad de la Izquierda negra, a pesar del hecho de que varios izquierdistas y progresistas
desempeñaron diversos papeles en la Marcha. La fuerza dominante, la Nación de Islam, claramente definió el tono de la marcha y casi hizo caso omiso a las
aportaciones de las fuerzas progresistas que ofrecieron su apoyo total o crítico a ese esfuerzo. La MMM articuló un mensaje muy contradictorio que incluía
enfoques graves sobre la supremacía masculina y a favor del capitalismo con respecto a la población negra de los Estados Unidos. Y, menos conocido es el
hecho de que hubo una atmósfera que rodeó a la MMM y sus secuelas que fue bastante represiva con respecto a las críticas. Se denunció a algunos críticos, en
particular a las feministas negras, cuando menos en un caso, que acosaron por tomar posiciones críticas. De este núcleo inicial de cinco organizadores, las conversaciones se expandieron a
principios de 1997 cuando se reunieron aproximadamente cuarenta activistas en Chicago para considerar la viabilidad de lo que entonces se pensó como una
reunión cumbre de la Izquierda negra. En las charlas acordamos que se necesitaba realizar una reunión, no de la Izquierda en sí misma, sino de los radicales negros. La
elección del término "radical" no fue un repudio de concepto de la Izquierda política, sino un reflejo de la creencia de que el término "Izquierda" no tiene un
significado claro par los activistas más jóvenes. Cuando hablamos de radicalismo negro nos referimos a la tendencia en la política afroamericana que hace énfasis en
la relación de las masas con la lucha, el desafío, la transformación. El radicalismo negro es anticapitalista y definitivamente antiimperialista, pero no está
necesariamente unido en una visión específica para el futuro. En ese sentido, el radicalismo negro tiene varias corrientes, algunas que se superponen, otras que no
concuerdan y algunas más que a veces tienen relaciones hostiles. Acordamos que la reunión tenía que ser un paso en el proceso para restablecer la
visibilidad e importancia del radicalismo negro (arraigado en las luchas de las clases obreras y los pobres) como una corriente dentro del movimiento afroamericano.
Por lo tanto, el proyecto de convocar una sola reunión para los activistas cambió a establecer un movimiento a largo plazo, un frente unido que se conocería como el
Congreso Radical Negro (Black Radical Congress, BRC por sus siglas en inglés). Este cambio también ilustró la extensión del proyecto que imaginamos a principios de 1997.
También acordamos que se necesitaba establecerse un comité organizador nacional con el fin de organizar la conferencia y el proyecto a largo plazo. En los dieciséis
meses siguientes, este comité nacional realizó una labor en todo el país para crear el BRC. Nuestro esfuerzo se concentró en establecer el carácter representativo del
BRC conectándonos con diferentes grupos de activistas negros. El comité organizador nacional se expandió a aproximadamente 150 personas. Se emitió una
"Convocatoria" para el congreso en el que se presentaban los puntos comunes que compartían todas las corrientes principales en el Izquierda negra y se llegó a un acuerdo en los Principios de unidad iniciales.
Los Principios de Unidad aseveraban las aportaciones del radicalismo negro que se deriva específicamente del "nacionalismo revolucionario", el "feminismo" y el
"socialismo"; las corrientes políticas interconectadas, y a la vez distintas, que se trataba de unificar en el nuevo movimiento. Aunque no se concibió como la
"Izquierda", se establecieron los principios para alcanzar un nivel más alto de unidad que el movimiento "progresista." También tenían como objetivo incluir a
todos los radicales negros. Por lo tanto, el reconocimiento de las diferencias en cuanto a los objetivos a largo plazo y de que no se permitiría que estas diferencias
menguaran el proyecto se convirtió en el aspecto central de los principios para unificar a todos estos puntos de vista todavía tan diversos bajo la bandera del
"radicalismo" negro. En estos principios también se afirmó la participación de los radicales gay/lesbianas y adoptaron una posición fuerte en contra del heterosexismo y la homofobia.
Los activistas desarrollaron la reunión de Juneteenth por medio recomendaciones de palabra, un intercambio activo en un sitio web, organización de grupos locales y
publicidad limitada. El éxito total de la reunión se comunicó en los artículos en la prensa sobre la conferencia en todo el país. Como señaló uno de los organizadores
de la conferencia: "…volamos bajo el radar… Nadie esperaba que pasara esto." Ahora vemos al futuro del BRC. Basándome en la actividades a la fecha, creo que
el éxito futuro del BRC dependerá de adoptar una ventaja estratégica de: (1) la nueva apertura entre los radicales negros y las organizaciones de Izquierda para
colaborar y establecer unidades operacionales como un frente unido; (2) la oportunidad de conseguir que los neoconservadores negros participen ideológica y
políticamente en una lucha por los corazones y las mentes de los negros estadounidenses; y (3) los cambios dentro del AFL-CIO que ofrecen a los
radicales negros la oportunidad de influir en los desarrollos dentro de la clase obrera negra, además de las luchas de las clases obreras multinacionales/multiraciales. FORMACION DEL BRC COMO UN FRENTE UNIDO
El BRC representa el esfuerzo más reciente y posiblemente más amplio para establecer un frente unido de la Izquierda negra. La disposición de "guardar las
hachas," por decirlo así, ha sido tema de gran discusión. En esencia, esta disposición refleja un nivel de desesperación y un sentimiento de humildad. La
desesperación existe a dos niveles. En un nivel, la mayoría de las organizaciones izquierdistas en el movimiento afroamericano son más débiles de lo que esas
mismas organizaciones u otras semejantes eran hace 20 ó 30 años. Es más difícil adoptar una posición cuando se tiene una base débil. En otro nivel, la
desesperación también es de la clase obrera negra y de los pobres, la base que el BRC deseaba. Los trabajadores afroamericanos, junto con los trabajadores de
otras nacionalidades, han sido testigos una decadencia continua de su nivel de vida desde principios de 1970. La apertura de la Izquierda negra para colaborar y crear una unidad operativa es
una oportunidad excepcional. Al decir esto, la unidad en el BRC es valiosa e inestable. El éxito de la reunión de Juneteenthen Chicago fue extraordinaria, pero
la actualización de una organización activa es un asunto diferente. La reunión de Chicago se estructuró por medio de comités organizadores locales
basándose en la situación geográfica, en algunos aspectos en forma parecida a una campaña electoral nacional. Se establecieron dichos comités en todas las regiones
de los Estados Unidos y resultaron ser un medio útil para movilizar la participación en la conferencia para la fecha final de Juneteenth de 1998. Hubo asimismo
muchas ciudades en las que no se establecieron dichos comités, (por ej., Detroit y Pittsburgh, por diferencias entre los simpatizantes del BRC o la ausencia de líderes
locales), pero de los cuales provinieron un número significativo de participantes. Por lo tanto, la estructura que se utilizó para organizar la conferencia no fue
necesariamente con la que se podría establecer el BRC como la consecuencia de la conferencia. Para que el BRC triunfara, y el éxito todavía es una cuestión que aún no se
resuelto, el frente unido debe desarrollarse basándose en la labor de sus integrantes. Las lecciones de las organizaciones semejantes anteriores nos han
enseñado que existe una tendencia a tratar de institucionalizar un frente unido a expensas de las organizaciones y/o actividades de sus integrantes. El frente se
convierte en un agujero negro que absorbe toda la energía, en vez de desarrollarse usando como base las actividades de los que se reúnen. Asimismo, sabemos que al
forzar todas las actividades del BRC por medio de comités organizadores locales en forma geográfica es una receta para el fracaso si se considera que muchos de
los activistas que están actualmente implicados con el BRC participan en su propia labor local o nacional. Además de que sabemos que tenemos que evitar proyectos
que creen trabajos y que minen los recursos con el simple propósito de crear trabajo continuo o de distinguir el frente unido como una entidad. Este frente se
tendrá que organizar con actividades independientes que se pueden sostener por sí mismas. Este papel distintivo del BRC se puede desarrollar en diferentes formas.
Para empezar, el BRC necesita múltiples puntos de entrada. Los activistas y los organizadores deben poder tener acceso al BRC no sólo por medio de comités
organizados geográficamente sino también por medio de proyectos sectoriales y de afiliaciones a organizaciones existentes. LA LUCHA CONTRA EL NEOCONSERVADURISMO NEGRO
Si tomamos del lenguaje de la planificación estratégica, estamos viviendo un período de inmensas oportunidades y amenazas. Se está revelando una crisis
económica mundial; los 25 años de descenso en el estándar de vida ha dado pocas indicaciones de un cambio inverso. Esta crisis, promovida por los mecanismos
interiores del capitalismo además de las políticas particulares de los Estados Unidos que resultan de lo que se ha llegado a conocer como neoliberalismo, amenaza con
lanzar a millones en la abyecta miseria y destruir a países enteros. La resistencia a nivel nacional e internacional se está incrementando con respecto a
la "carrera hacia el fondo", es decir, que el capital está llevando hacia abajo a las clase obrera con el interés de obtener mayores ganancias. Los movimientos de la
clase obrera están luchando en todo el mundo contra los ataques del neoliberalismo. Sin embargo, esta resistencia en raras ocasiones se ha convertido
en algo que se acerque a la contraofensiva de la clase obrera de los EE. UU. La opresión cada vez mayor de la clase obrera negra y de los pobres en los
Estados Unidos y la división de clases cada vez más amplia dentro de la población negra ha conducido a nuevas cuestiones que hacen que los negros estadounidenses
se confronten consigo mismos. Como consecuencia de los obstáculos del consenso de los Derechos Civiles que dominaron el movimiento desde la Segunda Guerra
Mundial hasta principios de 1970 y la derrota del movimiento de los afroameri-canos en la década de 1970, una tendencia que se expandió llegó a conocerse como neoconservadurismo negro. La preocupación acerca del
crecimiento de esta tendencia fue lo que originalmente reunió a los activistas del BRC. El neoconservadurismo negro usa diferentes vestimentas según la ocasión y
promueve los puntos de vista que las actividades políticas progresistas, y en particular aunque no exclusivamente la movilización de las masas, son un callejón
sin salida. Esta visión sostiene que la capacidad empresarial económica (reponerse por sus propios esfuerzos, por decirlo de alguna manera) es el camino para lograr
la libertad de los negros. Sólo se tiene que recordar la victoria que obtuvieron Booker T. Washington y su estilo de política negra que dominó el panorama
político negro estadounidense durante décadas. Basándose en esta tradición, dicha tendencia se concentra en el desarrollo económico privado y las alianzas con
aquellas facciones del capital que sean favorables en dicha dirección. En contraposición al neoconserva-durismo negro de muchos de sus oradores, la
segregación no tenía una situación mejor para los negros en los Estados Unidos. En la misma época, la derrota de la segregación legal para la discriminación y
supresión del pueblo negro fue insuficiente para realmente liberal a los negros estadounidenses, un punto que Malcom X articuló y que Martin Luther King más
tarde con claridad hacia el final de su vida. El problema para los negros de los Estados Unidos nace en la intersección del capitalismo y el racismo. Por lo tanto,
no se puede encontrar la liberación abriendo unas cuantas empresas pequeñas (o hasta grandes) más, aunque el desarrollo económico sea claramente importante a
corto y a largo plazo. A fin de cuentas sólo implica un reto al mismo capitalismo. Algunas variantes del neoconserva-durismo negro sostienen que la decadencia de
los negros estadounidenses es algo que está ligado en cierta forma al supuesto fracaso de los hombres negros para dirigir a la comunidad negra. Dicho liderazgo
masculino, sostienen, se debe ejercer no sólo en los asuntos de la comunidad, sino también en el hogar en donde las familias tradicionales de una pareja heterosexual
se considera como el único enfoque aceptable (y en el que los hombres son las figuras dominantes). Por lo tanto, el neoconservadurismo negro contiene un ataque
implícito, y a menudo explícito, en contra del movimiento de las mujeres negras y la lucha contra la supremacía masculina, y en contra de los derechos de los homosexuales y las lesbianas.
La lucha contra el neoconserva-durismo negro es una batalla ideológica y política de importancia primordial. Una victoria del neoconservadurismo negro, aliado con
el cambio más grande a la Derecha política en los Estados Unidos, representaría un importante revés para el movimiento del pueblo afroamericano. Las fuerzas
políticamente liberales entre los negros estadounidenses (la NAACP, por ejemplo) no están equipadas ideológicamente para vencer al neoconservadurismo. Se
necesita el radicalismo negro para dar un análisis dialéctico de los resultados de la batalla de los Derechos Civiles y los movimientos del Black Power, y para definir un nuevo curso bajo las condiciones actuales.
EL CENTRALISMO DE LA CLASE OBRERA NEGRA Y LAS OPORTUNIDADES QUE REPRESENTAN LOS CAMBIOS EN LA AFL-CIO En muchos de los esfuerzos iniciales se expresaba retórica sobre la importancia de
la clase obrera negra, aunque en sus actividades ésta no tenía un papel central y en algunos casos ni siquiera se le incluía. El BRC reconoce que la lucha entre los
negros estadounidenses aparece como una lucha entre el neoconservadurismo, por un lado, y la política progresista y radical, por el otro. Esta lucha es, en esencia, una lucha de clases.
Las demandas de la clase obrera negra no se pueden agregar más a la lista de la lavandería ni se pueden reservar las actividades encaminadas a la creación de un
base dentro de la clase obrera negra para el comité de un sindicato de una organización de mayor tamaño. La AFL-CIO es actualmente un sitio clave en la lucha sobre la forma y la
naturaleza de la resistencia al neoliberalismo. Es un lugar en el que podemos y, a fin de crear cualquier apariencia de resistencia al neoliberalismo, debemos resucitar un
reto a la agenda corporativa y un reconocimiento de "clase" como una noción y un enfoque para la organización. En este momento, los cambios en el la AFL-CIO y
muchos de sus sindicatos afiliados pueden tener un impacto dramático en la forma de la lucha de clases en los Estados Unidos. Con estos cambios ha surgido una nueva apertura para colaborar con diversos
activistas y organizaciones izquierdistas y progresistas que nunca hubiera ocurrido durante los años de la Guerra Fría. Las alianzas están en un cambio y es posible
que haya una reagrupación que permita al radicalismo negro tener un impacto en el movimiento sindical. Si se puede empujar a la AFL-CIO y a sus afiliadas a que
actúen de acuerdo con sus declaraciones de "organizar a los desorganizados", se prestará mayor atención a la organización en los estados sureños y en su gran
concentración de trabajadores negros (y un número cada vez mayor de trabajadores latinos). Dicha actividad organizadora tiene el potencial de dar forma a una reordenación política a nivel nacional.
Asimismo, la sindicalización de un número cada vez mayor de trabajadores negros podría ayudar a crear un nuevo nivel de liderazgo radical dentro de la comunidad
negra estadounidense que pueda ofrecer una alternativa al liderazgo liberal negro tradicional y a los neocon-servadores ascendentes. Esto ocurrió en las décadas de
1930/1940, cuando la CIO produjo un conjunto completo de nuevo líderes que contrastó con el liderazgo negro tradicional. Algunos de ellos, Charles Hayes y
Coleman Young, por ejemplo, terminaron representando un papel político significativo. El BRC puede desempeñar un papel local y nacional en la creación de apoyo para
las campañas de organización de los trabajadores. Se están haciendo esfuerzos significativos para organizar hoteles en Nueva Orleáns, además de reorganizar a la
fuerza laboral, principalmente negra, en los astilleros de Avondale (también en Luisiana). Durante años se ha hecho un esfuerzo importante para organizar a los
trabajadores de Los Ángeles (y otras ciudades) que prestan atención a domicilio y en las residencias para ancianos. En diversos estados sureños, organizaciones,
principalmente negras, del sector público han realizado esfuerzos para organizarse ellas mismas. Las campañas para obtener salarios de subsistencia han creado en los últimos años
un medio para elevar el salario mínimo de los trabajadores que recibir fondos públicos, pero que trabajan para contratistas privados. Estas campañas ofrecen un
mecanismo para abordar cuestiones de pobreza y privatización. La privatización, como ataque al sector público, es un ataque directo a la fuerza laboral que a
menudo está integrada en su mayor parte por trabajadores de diversas etnias. El propósito de estas campañas es quitar la ventaja competitiva de la privatización en
las situaciones en que los contratistas privados compitan basándose en el pago de salarios bajos. Asimismo, estas campañas pueden representar un medio para que
los radicales negros empiecen a abordar la cuestión de la creciente polarización que está ocurriendo en el estándar de vida de la comunidad negra estadounidense. En
dichas campañas se puede argumentar que el gobierno tiene interés en la calidad de los trabajos que produce la economía, lo que va en contra de los empresarios (y
sus representantes políticos) que discuten por cualquier tipo de empleos. Se han celebrado campañas en Baltimore, Los Ángeles y un número de otras ciudades
importantes. Aunque estas campañas han sido diferentes entre sí, a menudo han unido a sindicatos obreros y organizaciones con bases comunitarias. Dichas
campañas tienen una inmensa capacidad para presentar cuestiones relativas a la polarización de la riqueza que coloca a la gente de diversas etnias en los niveles
más bajos de la clase obrera y estanca el estándar de vida, además de reunir una coalición nacional/racial de fuerzas para retar las estructuras locales de poder.
Existen, por supuesto, problemas en estas campañas, pero la campaña para obtener salarios de subsistencia, la campaña para la 28º enmienda y la organización
de los trabajadores que reciben asistencia pública y realizan obras de servicio público en sindicatos ofrecen una forma de actividad, además de la organización de
sindicatos obreros, que puede arraigar al BRC en las luchas de la clase obrera. El BRC pudo ayudar a dirigir el esfuerzo para expandir y propagar dichas campañas,
asegurándose de que las campañas no sólo mejoraran el estándar de vida de los trabajadores afroamericanos con salarios bajos, sino que también ayudaran a promover la organización dentro de esa misma fuerza laboral.
CONCLUSIONES Para concluir, deseo reiterar que el BRC, como un proyecto, tiene un potencial más amplio que dentro del contexto de la población negra estadounidense. La
Izquierda de mayor envergadura ha sufrido golpes corporales tanto por la crisis del socialismo como por la de los movimientos de liberación nacionales y se ha
convertido en gran medida en pequeñas y distintas "izquierdas," es decir, grupos de izquierda que se concentran totalmente en sectores específicos. El BRC ofrece un
enfoque para el establecimiento de una unidad estratégica en vez de la unidad táctica con la que la mayoría de nosotros estamos familiarizados. Supone
diferencias, pero también supone que se puede crear una unidad a largo plazo, una unidad que se definirá de nuevo con el tiempo. Este enfoque ofrece un ejemplo y,
esperamos, algún nivel de inspiración para las demás fuerzas izquierdistas. Independientemente de los resultados de este proyecto, la manera en que se está
estableciendo el BRC y la forma en que está tratando de que participen diversas fuerzas tal vez sirva como un ejemplo de algunos de los pasos iniciales necesarios
para reconstruir (volver a fundar) una Izquierda nacional viable y capaz de participar en la lucha por el poder y la transformación social. BILL FLETCHER, JR.
is a Washinton, DC-based labor activist and writer long involved in the African-American People's Movement. Es Organizador Nacional Del Congreso Radical Negro. |